Me acerque a mi cama mirando aun a la puerta esperando que entrara de golpe y me sorprendiera, sabiendo que eso era algo imposible. Empecé a oír unos golpes en uno de los cristales de mi habitación, pensaba que era lluvia pero pronto reconocí el ruido de pequeñas piedras golpeándolo. Era él.
Recuerdo que una vez le dije que sería romántico que la persona a la que amara trepara por mi ventana como Romeo trepó a la de Julieta, pero nunca se me había pasado por la cabeza que el mismo hiciera eso.
Lo abracé nada mas tenerlo cerca. No quería que se fuera de mi vida y olvidar los buenos momentos junto a él. Parecía no estar herido lo cual me tranquilizó un poco. Levanté la mirada para hablarle pero no me dejo. Sentí sus labios posarse sobre los mios, esos labios que había probado mas de una vez a escondidas no me parecían los de siempre y sin embargo seguían siendo suyos, quizás fue por la intensidad de su beso que nunca me había mostrado. Noté sus manos deslizarse por mi piel a través de la blusa del pijama llegando hasta los botones que rápidamente comenzó a desabrochar hasta quedar completamente sin ella. Pronto comenzó a dejar besos por mi cuello llenos de excitación que recorrían las clavículas hasta mis pechos mientras yo acariciaba suavemente sus brazos, permitiéndole jugar conmigo como siempre había querido. Antes de poder darme cuenta me cogió entre sus brazos tumbándome sobre la cama ya deshecha por mi inquietud y desvelo.Nuestra ropa ya no estaba, había volado lejos de nuestro nido(LOOL XD). Sentía vergüenza. Vergüenza de que me viera así, tan vulnerable en ese momento por estar con el. Vergüenza de que viera mis sentimientos por el. Vergüenza por que viera mi cuerpo desnudo y lo acariciara observándolo como si no hubiera otra cosa en el mundo. Vergüenza que desapareció gracias a sus besos y caricias que subían nuestra excitación hasta unirnos en uno solo y llegar a un éxtasis irreconocible para mi.